Pienso, luego existo: significado, origen y explicación de la frase

Marián Ortiz
Marián Ortiz
Especialista en Medios Audiovisuales
Tiempo de lectura: 5 min.

“Pienso, luego existo” (Cogito ergo sum) es una de las frases más famosas del filósofo francés René Descartes, la cual aparece reflejada en su obra Discurso del método (1637).

Esta sentencia se ha convertido en una de las más famosas de la historia del pensamiento y viene a representar el inicio del racionalismo moderno. Pero, ¿cuál es su significado? ¿De dónde surge esta frase de Descartes?

Significado

La frase “Pienso, luego existo” parte del francés “Je pense, donc je suis”. Después se tradujo al latín como "Cogito, ergo sum", cuya traducción más precisa sería: “Pienso, luego soy” (“Pienso, por lo tanto soy”).

Más allá del la traducción literal de la misma, esta sentencia resulta ser una verdad evidente y el primer principio del conocimiento. Pues, según descartes de lo único de lo que no se puede dudar es precisamente de que dudamos. Y, por ende, si dudo, mi pensamiento existe y yo también.

Origen y explicación

Para llegar a comprender el significado de “Pienso, luego existo” es necesario referirnos a su contexto, así como también a René Descartes.

Con su pensamiento, el filósofo abre paso al Racionalismo y al origen de la Filosofía Moderna. Descartes fue un hombre errante que pretendía construir nuevos entendimientos y fijar las bases del conocimiento filosófico para dejar atrás las viejas ideas sustentadas en la tradición o en la experiencia. Para él, la razón es la única que puede ofrecernos conocimientos certeros. No debemos fiarnos de los sentidos.

Sin embargo, Descartes creyó que, al igual que ocurre con ciencias como las Matemáticas, en la filosofía también podría existir un método para llegar a certezas.

En cierto modo, trata de hacer de la filosofía una ciencia organizada, que vaya de “lo simple a lo complejo”. En este sentido, la reflexión filosófica podría ser algo parecido a una demostración matemática. Para ello estableció 4 reglas:

  1. La claridad y la evidencia
  2. La división o análisis
  3. La síntesis
  4. La enumeración o revisión

Pero, entonces, ¿de dónde parte “Pienso, luego existo”?

La duda metódica

El primer punto del método que Descartes propone es, al mismo tiempo, el eslabón inicial para llegar a la frase referida. La evidencia es según Descartes el hecho de "no admitir como verdadera cosa alguna, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más de lo que se presenta tan clara y distintamente a mi juicio que no hubiere ocasión de ponerlo en duda".

Es decir, para Descartes dejarse llevar por los sentidos puede ser confuso, en este aspecto, se podría reducir a mera intuición.

En busca de una certeza absoluta

¿Qué es una certeza? Es tener el conocimiento de que sabemos algo de forma clara y segura, sin ninguna duda.

Para Descartes, debía existir una “certeza absoluta”, es decir, aquella tan evidente que no cabe la posibilidad de dudar, bajo ningún concepto. Para llegar a ella, el filósofo utiliza la duda metódica, esta podría considerarse como un mecanismo que le permitiría acceder a aquello de lo que es imposible dudar.

Descartes pone en evidencia a los sentidos, la realidad misma y al entendimiento. Todas las certezas son sometidas a la duda metódica. Tras ello, se plantea: ¿existe realmente algo que sea indudable? ¿Existe alguna evidencia que desafíe a este procedimiento?

Pienso, luego existo

Efectivamente, Descartes accedió a un principio, una verdad exenta de cualquier duda. El “Cogito ergo sum” es el sustento del sistema filosófico. Asimismo, supone el punto de partida al método que describió. Pero, ¿por qué?

En primer lugar, esta certeza confirma que existimos, al menos como seres pensantes. Pues, se puede cuestionar todo, excepto que dudamos. Por otro lado, dudar para el filósofo ya es una forma de pensamiento, por ello, si pensamos, somos. En este sentido, el “luego” debe ser comprendido como “entonces” (por lo tanto), pues es una consecuencia.

Así es como se puede interpretar la frase “Pienso, luego existo”, como el punto cero desde el cual Descartes pretendía demostrar la existencia de otras cosas, a partir del reconocimiento de nuestra propia existencia.

Sobre René Descartes

Imagen de René Descartes

René Descartes nació el 31 de marzo en La Haya en 1596. Estudió en el colegio de los jesuitas de La Flèche. Durante su juventud estudió Derecho y Medicina y, más adelante, se alistó en el ejército para participar en la Guerra de los Treinta Años.

Después, se trasladó a Países Bajos donde trató de dedicarse al pensamiento. Durante sus últimos años de vida impartió clases a la reina Cristina de Suecia en Estocolmo. En febrero de 1650 Descartes muere a causa de una neumonía.

La obra de René Descartes pretende dejar atrás la tradición filosófica para abrir paso a un nuevo método, un nuevo modo de pensar filosófico fundamentado en la razón como única vía para acceder al conocimiento. Algunas de sus obras más destacadas son:

  • Reglas para la dirección de la mente (1628)
  • Tratado del mundo (1634)
  • Meditaciones metafísicas (1641)
  • Las pasiones del alma (1649)

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Marián Ortiz
Marián Ortiz
Graduada en Comunicación Audiovisual (2016) por la Universidad de Granada, con máster en Guion, Narrativa y Creatividad Audiovisual (2017) de la Universidad de Sevilla.