Atenea: la historia de la diosa griega de la guerra y la sabiduría

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana
Tiempo de lectura: 7 min.

Atenea es una de las figuras más importantes de la mitología griega y en el panteón romano fue conocida como Minerva. Fue la primogénita de Zeus y se convirtió en la diosa de la sabiduría y de la guerra, por lo que se la representa armada, con casco y una lanza.

Se la suele llamar por los epítetos Pallas (niña) y Parthenos (virgen), ya que jamás se involucró de manera sentimental o carnal con ningún otro dios o ser humano.

Además, tiene una importante presencia en el imaginario colectivo como patrona de la ciudad de Atenas, que le debe su nombre. De igual manera, es una de los diosas más mencionados en La Ilíada de Homero, pues estuvo muy involucrada en la guerra de Troya.

Revisa aquí La Ilíada de Homero: resumen y personajes

Palas Atenea Klimt
Palas Atenea (1898) - Gustav Klimt
Museo de Viena, Austria

Multiplicidad de funciones

Fue la diosa de la sabiduría y de la guerra defensiva, muy distinta al tipo de enfrentamiento vinculado con el dios Ares. Según Robert Graves destaca por sus tácticas y estrategias:

aunque es la diosa de la guerra, no obtiene ningún placer en la batalla; prefiere solucionar disputas y mantener la ley por medios pacíficos.

De este modo, es reconocida por su misericordia y se decía que cuando los votos de los jueces estaban igualados, ella solía intervenir para liberar al acusado.

También se encuentra asociada a los trabajos manuales como la cerámica, la joyería o las artes textiles. La tradición la atribuye la invención de varios objetos vitales para el ser humano como la flauta, la trompeta, el arado, el rastrillo, la yunta para los bueyes, la brida para los caballos, el carro y la nave.

Orígenes y nacimiento

Atenea fue hija de Zeus y de la titánide Metis, cuyo nombre significa astucia o sabiduría en griego antiguo. Esta mujer fue clave durante la titanomaquia, la guerra en la que se enfrentaron los titanes con los olímpicos. Fue ella quien le entregó un brebaje a Zeus para que Cronos pudiera expulsar a sus hermanos.

Atenea Museos Vaticanos
Atenea
Museos Vaticanos

Luego de esta hazaña, Zeus decidió tomarla como esposa. Sin embargo, Gea profetizó que el segundo hijo que tuviera con su mujer lo destronaría. Por ello, el dios supremo decidió engañar a Metis que tenía la capacidad de metamorfosarse para que se convirtiera en una gota de agua y se la tragó.

No obstante, el dios no sabía que estaba embarazada. A los pocos días comenzó a sentir un dolor de cabeza insoportable y pidió que le quitaran aquello que le molestaba, por lo que le abrieron el cráneo. Así fue cómo surgió Atenea, completamente crecida y con atuendo de guerrera.

Protectora de la ciudad de Atenas

Cuando se erigió la ciudad, los habitantes buscaban un dios que los protegiera. Poseidón y Atenea se enfrentaron para ser los patronos. Por ello, Zeus intervino y propuso que cada uno otorgara un regalo para que así el pueblo pudiera decidir.

Poseidón golpeó el suelo con su tridente e hizo aparecer un caballo. Por su parte, Atenea decidió ofrendar el árbol de Olivo, símbolo de paz y abundancia.

La diosa resultó ser la ganadora y se erigió el Partenón en su honor, el templo más imponente e importante de la ciudad. Asimismo, se instauró el festival Panatenaico, que se celebraba cada cuatro años para honrarla con competiciones poéticas y deportivas.

Partenón Atenas
Partenón, Atenas

Mitos más importantes

Aracne

Aracne era una de las mejores tejedoras de Grecia. Su habilidad era admirada y reconocida por todos quienes observaban su trabajo. Sin embargo, el éxito la llevó a convertirse en una mujer vanidosa y llegó a afirmar que su confección era mejor que la de Atenea.

De este modo, la diosa quiso darle una lección y bajó del Olimpo para que compitieran. Así fue como Atenea realizó un tapiz que mostraba toda el esplendor de los dioses, mientras Aracne tejió uno que mostraba sus errores e infidelidades.

Ante esto se desató la furia de Atenea, quien rasgó su trabajo. Aracne comprendió su error y huyó, pero la diosa se compadeció de ella y le perdonó la vida. No obstante, la castigó convirtiéndola en araña, por lo que tuvo que pasar el resto de su vida tejiendo.

Erictonio

Según el mito, Hefesto, dios del fuego y la forja, se enamoró perdidamente de Atenea. Intentó cortejarla de todas las formas posibles, pero ella no estaba interesada. Un día la persiguió insistentemente y se produjo un forcejeo que hizo que Hefesto eyaculara en sus piernas.

Atenea se limpió y botó los restos al suelo donde fecundó a Gea. Allí nació Erictonio, que en griego antiguo significa "nacido de la tierra". Como nadie quiso hacerse cargo, la diosa se compadeció y se convirtió en su madre adoptiva. Años más tarde, el joven fue nombrado rey de Atenas e instituyó su culto.

Medusa

En La metamorfosis (s. VIII d. C.) de Ovidio se describe a Medusa como una bella doncella que destacaba por su hermosa cabellera. Aunque estaba rodeada de pretendientes, decidió ser sacerdotisa de Atenea y mantenerse casta. Sin embargo, Poseidón se enamoró de ella y la violó en el mismo templo.

Esta situación enfureció a Atenea y decidió castigarla, convirtiéndola en un horroroso monstruo, con cabello de serpientes y ojos que convertían en piedra a quien se atreviera a mirarla.

Un tiempo después, Perseo fue retado por el rey Polidectes a conseguir la cabeza de Medusa, tarea prácticamente imposible. Por ello, Atenea y Hermes decidieron ayudarlo. Gracias a esta asistencia, Perseo consiguió su objetivo y le entregó la cabeza a Atenea, quien la dispuso en su égida (en algunas versiones en un escudo) para aterrorizar a sus oponentes.

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Palas Atenea Rembrandt
Palas Atenea (1654) - Rembrandt
Colección privada

Relación con héroes griegos y participación en la Guerra de Troya

Atenea fue una de las protagonistas en la famosa historia del juicio de Paris. Cuando la diosa Tetis y el mortal Peleo (padres de Aquiles) celebraron su matrimonio, invitaron a todos los dioses, menos a Eris, la patrona de la discordia. Por ello, se presentó enfadada al banquete y lanzó una manzana dorada diciendo que era para "la más bella de todas".

Como muchas de las presentes podían ser elegidas para semejante título, Zeus decidió que debía haber un juez imparcial. Así, Paris (que en este momento era sólo un pastor y no sabía aún que era un príncipe troyano) fue elegido para decidir cuál diosa era más bella. Debía elegir entre Hera, Atenea y Afrodita.

Ya que todas eran hermosas, cada una le ofreció un premio al joven. Hera le dio la oportunidad de ser soberano del mundo, Atenea le prometió ser invencible en la guerra y Afrodita le tentó con Helena, la mujer más bella del mundo. Paris escogió a Afrodita, quien se convirtió en su salvadora, ganándose la ira de las otras diosas.

Debido a la promesa de Afrodita, se dio inicio a la guerra de Troya. En este enfrentamiento, Atenea tomó partido por los aqueos y escogió como favorito a Aquiles. También ayudó a otros personajes relevantes como Menelao y Diomedes, además de ser quien inspiró a Odiseo con la idea del caballo que aseguró la victoria final.

También es conocida la ayuda que le brindó a Hércules durante los doce trabajos que realizó para lograr alcanzar la inmortalidad.

Biliografía:

  • Graves, Robert. (2016) Los mitos griegos. Ariel.
  • Hard, Robin. (2012). La gesta de los héroes. Siete grandes mitos griegos. La esfera de los libros.

Ver también:

Catalina Arancibia Durán
Catalina Arancibia Durán
Máster en Literatura Española e Hispanoamericana. Diplomada en Teoría y Crítica de Cine. Profesora de talleres literarios y correctora de estilo.